La vida cambia mucho cuando tienes hijos. Al principio, cuando tienes un bebé en casa, sobre todo cambian tus rutinas y horarios, tu hijo todavía no necesita mucho espacio. Pero según crezca tu hijo - y más si tienes más hijos - necesita más espacio: para jugar, moverse, guardar sus cosas, retirarse y descansar. También los padres necesitan su espacio para poder refugiarse y encontrar tranquilidad y paz mental para poder recargar las pilas.
Y con estos cambios, llega el momento en el que tu casa se queda pequeña.
Si no hay habitaciones suficientes para que cada miembro de la familia tenga su espacio privado, si no hay manera de separarse físicamente, cerrando una puerta o alejándose del bullicio, aumenta la sensación de agobio y estrés, se dificulta la convivencia, y puede llevar a conflictos familiares.
Además, la cantidad de cosas que suelen tener hoy en día los niños, es abrumadora y es mucho trabajo ordenar y guardar todo de tal manera que la casa quede tan ordenada como te gustaría. También te topas con otros factores nuevos como la accesibilidad con el carrito y la seguridad.
Si tu casa no cumple con tus necesidades, va a ser mucho más complicado llevar la vida que quieres. Tu hogar debería ser el lugar donde retirarte del estrés y olvidarte de tus preocupaciones, pero si es demasiado pequeño, tu cerebro no logra desconectar.
Es donde pasas más tiempo con tus hijos, donde estableces los vínculos emocionales, donde los educas y eres su modelo a seguir, donde compartís los momentos que van a recordar,...
Si no encuentras la casa adecuada, o no tienes tiempo ni para empezar a buscar, yo te ayudo. Aunque te parezca un proceso largo y complicado, con mi ayuda profesional podrás acortarlo y asegurarte conseguir la mejor opción para ti y tu familia.
Si todavía no tienes el hogar adecuado para tu familia, ¿qué te frena para conseguir el espacio que os merecéis?